La
teoría de las IM sugiere que no existe un conjunto de estrategias
docentes que sea el mejor para todos los estudiantes en todo momento.
Debido a las diferencias individuales conviene que los profesores
utilicen una amplia gama de estrategias docentes en el aula.
A
continuación se van a presentar varias estrategias docentes para
cada una de las inteligencias. Las estrategias son lo suficientemente
generales para poder aplicarlas en cualquier curso, pero también lo
suficientemente específicas para evitar en lo posible las
suposiciones y las conjeturas respecto a su aplicación.
Estrategias
docentes para la inteligencia lingüística.
Las
estrategias tradicionales con libros de texto, fichas de trabajo y
lectura son excelentes
canales para transmitir con eficacia ciertos tipos de información.
Sin embargo,
son sólo una pequeña parte de un repertorio más amplio.
Narración:
es un medio de transmitir conocimientos en humanidades, también se
puede aplicar
en clases de matemáticas o de ciencias. Prepare las narraciones
escribiendo una lista
de los elementos esenciales que desea incluir en las historias.
Tormenta
de ideas: esta estrategia puede girar en torno a cualquier tema:
palabras para escribir
un poema, ideas para desarrollar un proyecto en grupo, sugerencias
para una fiesta,
etc. Se debe compartir todo lo que venga a la mente de cada alumno,
no se desprecia
ni se critica ninguna idea, estas se pueden ir anotando en la pizarra
sin orden bien
utilizando un sistema especial para organizarlas. Cuando todos los
alumnos hayan expresado
sus ideas, busque las relaciones entre ellas, invite a los alumnos a
reflexionar y
utilícelas para llevar a cabo la tarea que estaba prevista.
Grabación:
les ayuda a emplear las habilidades verbales para
comunicarse,resolver problemas y expresar sentimientos. La grabadora
puede servir como recaudadora de información (entrevistas) y como
transmisora (audiolibros). También resulta útil para proporcionar
información.
Diarios:
exige que los estudiantes escriban de forma continuada sobre un tema
específico.
Este tema puede ser amplio y abierto (sobre cualquier cosa que el
alumno piense
o sienta durante el día) o específico (narrar su vida imaginaria
como granjero durante
la década de 1800 como parte de la clase de historia). El diario
puede ser totalmente
privado, compartido sólo por el profesor y el alumno, o también
cabe la posibilidad
de leerlo para el resto de la clase.
Publicaciones:
se pueden publicar trabajos de diferentes maneras: fotocopiando y distribuyendo
los escritos, imprimiendo varias copias si se utiliza el procesador
de textos.
Los alumnos pueden proponer sus trabajos a un periódico local o
escolar. Otra opción
es encuadernar los trabajos como si se tratara de libros y ponerlos a
la venta en una
sección especial de la clase o de la biblioteca del colegio o
publicarlos en la web del colegio.
Después de la publicación se pueden organizar círculos literarios
para debatir sobre
los escritos.
Estrategias
docentes para la inteligencia lógico-matemática.
Cálculos
y cuantificaciones: permite hablar de números tanto en las clases de
matemáticas
y ciencias como en las de otras materias. En historia y geografía se
puede
hablar
de vez en cuando de estadísticas importantes. Siempre es interesante
mantenerse atento a la presencia de números y problemas matemáticos
estén donde estén.
Clasificaciones
y categorizaciones: crear una lista de lugares geográficos y después clasificarlos
por tipo de clima; en una clase de ciencias clasificar cuerpos según
su estado,
diagramas de Venn, líneas del tiempo, organizadores 5 W (son
diagramas que responden
a las preguntas quién, qué, cuándo, dónde y por qué) y mapas
mentales. Lo importante
de esta estrategia es que permite organizar la información en torno
a ideas o
temas centrales.
Preguntas
socráticas: el profesor hace el papel de interrogador sobre los
puntos de vista de
los alumnos, participa en diálogos con ellos con el objeto de
revelar lo acertado o erróneo
de sus ideas.
Heurística:
son ejemplos de principios heurísticos, por ejemplo, encontrar
analogías al problema
que se desea resolver, separar las diferentes partes del problema,
proponer una posible solución al problema y después trabajarlo
retrocediendo, etc.
Pensamiento
científico: del mismo modo que se debe buscar la presencia de las
matemáticas
en todos los campos del currículo, también se debe descubrir ideas
científicas
en áreas no relacionadas con la ciencia. Por ejemplo, los alumnos
pueden
estudiar
la influencia que han ejercido ideas científicas importantes en la
historia.
También
los alumnos pueden leer obras de ciencia ficción para debatir si las
ideas descritas
son factibles o investigar sobre ciertos problemas globales (sida,
superpoblación,
efecto invernadero) que requieren ciertos conocimientos científicos
para
su total comprensión.
Estrategias
docentes para la inteligencia espacial.
Visualización:
se les puede pedir que cierren los ojos y se imaginen lo que están
estudiando,
se les puede pedir que creen su propia pizarra interior y en esa
pizarra
mental
pueden colocar datos que necesiten recordar: ortografía de
determinadas
palabras,
fórmulas matemáticas, hechos históricos, etc. Luego pueden hablar
o dibujarsobre
sus experiencias.
Señales
de colores: los alumnos muy espaciales suelen ser sensibles al color.
Existen diferentes
formas de poner color en el aula como herramienta de aprendizaje.
Utilice tizas,
marcadores, transparencias de colores variados, etc. Los alumnos
pueden utilizar los
colores para codificar el material que están estudiando: por
ejemplo, marcar los datos
más importantes en rojo, la información complementaria en verde y
los pasajes que
no se entienden en naranja.
Metáforas
gráficas: una metáfora consiste en utilizar una idea para referirse
a otra. El valor
educativo de la metáfora radica en establecer conexiones entre lo
que un alumno ya
sabe y lo que se representa. Piense en el punto clave o concepto
principal que pretende
que sus alumnos dominen. A continuación relacione esta idea con una
imagen visual
(por ejemplo, si los órganos del cuerpo fueran animales, ¿cuáles
serían?).
Bocetos
de ideas: si analizamos los cuadernos de personajes destacados de la
historia, como
Charles Darwin, Thomas Edison o Henry Ford, comprobaremos que estas personas
utilizaron dibujos sencillos para desarrollar muchas de sus valiosas
ideas. La estrategia
del boceto de ideas consiste en pedir a los alumnos que dibujen el
punto clave,
la idea principal, el tema central o el concepto básico del tema que
se está impartiendo.
Es importante seguir la actividad de dibujo con un debate sobre la
relación entre
los bocetos y el tema tratado.
Símbolos
gráficos: menos habitual, sobre todo pasada la primaria, es dibujar
imágenes en
la pizarra, aunque las imágenes sean extremadamente importantes para
los alumnos con
dotes espaciales. Sin embargo, los profesores que complementen sus
clases con dibujos
y símbolos gráficos llegarán a un abanico más amplio de
estudiantes. Esta estrategia,
por tanto, exige que el profesor practique el dibujo en al menos una
parte de las
lecciones creando símbolos gráficos que representen los conceptos a
aprender. Algunos
ejemplos pueden ser: señalar las raíces de las palabras dibujando
pequeñas raíces
en la base de dichas palabras en la pizarra; dibujar una línea del
tiempo y añadir, no
sólo fechas y nombres, sino también imágenes que simbolicen los
hechos mencionados.
Estrategias
docentes para la inteligencia cinético-corporal.
Los
alumnos dejan a un lado sus libros y carpetas cuando salen del
colegio, sin
embargo,
sus cuerpos les acompañan en todo momento.
Respuestas
corporales: los estudiantes pueden proporcionar respuestas corporal esdurante
la lección, por ejemplo: si entienden lo que se acaba de explicar se
ponen un dedo
en la sien; si no, se rascan la cabeza; cada vez que encuentren algo
en el texto que les parece anticuado, fruncen el ceño; etc.
Teatro
en la clase: para sacar al actor que cada alumno lleva dentro,
pídales que
representen
textos, problemas u otros materiales de aprendizaje dramatizando el
contenido.
Para ayudar a los alumnos que se muestran reacios, prueba primero con algunos
ejercicios de calentamiento.
Conceptos
cinéticos: se puede pedir a los alumnos que representen con el
cuerpo conceptos
o términos específicos de la lección. Esta actividad requiere que
los alumnos pasen
la información de sistemas lingüísticos o de símbolos lógicos a
una expresión puramente
corporal. La gama de temas es ilimitada.
Pensamiento
manual: los alumnos deben tener la oportunidad de aprender
manipulando objetos
o haciendo cosas con las manos. Son clásicos las regletas y los
bloques lógicos. Los
alumnos pueden estudiar ortografía o vocabulario nuevo modelando las
palabras en arcilla;
pueden expresar conceptos complejos creando esculturas, collages u
otras estructuras.
Estrategias
docentes para la inteligencia musical.
Durante
miles de años los conocimientos han pasado de generación en
generación a través
del canto. Ritmos, canciones, raps y coros: identifique el punto más
importante que desea realzar en una lección, la idea principal de
una historia o el tema central de un concepto y páselos a formato
rítmico. Se puede invitar a los alumnos a que creen sus propias
canciones, raps o coros que resuman, sinteticen o apliquen
significados extraídos de temas que está estudiando, esta
estrategia les acercará a un nivel de aprendizaje más profundo.
Supermemoria
musical: hace 25 años investigadores sobre educación del Este de Europa
descubrieron que los alumnos recordaban mejor la información si
escuchaban las
explicaciones del profesor acompañadas de una música de fondo. Las
selecciones de música
barroca y clásica en compás de 4/4 resultaron especialmente
eficaces (los movimientos
largos de conciertos de Andel, Bach, Telemann y Corelli). Los alumnos deben
estar relajados (con la cabeza apoyada en la mesa o tumbados en el
suelo) mientras
el profesor explica rítmicamente (por ejemplo, ortografía o
vocabulario, datos históricos,
términos científicos) y la música suena de fondo.
Música
según el estado de ánimo: consiga música grabada que cree un
ambiente emocional
adecuado para una lección o unidad. Esa música puede crear efectos
de sonido,
sonidos de la naturaleza o piezas clásicas o contemporáneas que
faciliten estados
emocionales específicos.
Estrategias
docentes para la inteligencia interpersonal.
Algunos
alumnos necesitan que sus ideas sean aceptadas por los demás para
funcionar bien
en clase. Estos alumnos sociales se han beneficiado en gran medida de
la aparición del
aprendizaje cooperativo.
Compartir
con los compañeros: el acto de compartir es la estrategia de
inteligencias múltiples
más fácil de llevar a cabo. Las actividades de compartir pueden ser
breves o extensas
(una hora o más). Se les puede pedir, por ejemplo, que compartan
con un compañero
una pregunta que se le haya ocurrido sobre lo que acaba de explicar
el profesor,
o que comparta con varios compañeros lo que sabe sobre un tema antes
de empezar
a trabajarlo. Las parejas o los grupos pueden ser siempre los mismos,
o por el contrario,
animar a los alumnos para que compartan su tiempo con diferentes compañeros
de clase, de modo que al terminar el curso todos hayan compartido con todos.
Compartir con los compañeros también puede convertirse en clases
particulares de
un alumno a otro o de alumnos más mayores a estudiantes de cursos
inferiores.
Grupos
de cooperación: los alumnos de los grupos de cooperación pueden
afrontar las tareas
de aprendizaje de diversas maneras: pueden trabajar colectivamente en
un trabajo escrito, cada miembro aportará ideas; otra posibilidad es
que el grupo reparta responsabilidades:
un miembro se hace cargo de la introducción, otro del desarrollo y otro
de la conclusión; también pueden emplear una estrategia de puzzle y
asignar a cada estudiante una responsabilidad sobre un libro o un
subtema determinado; se pueden asignar diferentes roles a los
miembros del grupo, de manera que una persona escriba el texto, una
segunda revise la ortografía y la puntuación, la tercera lea el
trabajo en clase y una cuarta dirija el debate posterior. Los grupos
de cooperación resultan especialmente adecuados para enseñar
inteligencias múltiples porque se pueden estructurar de manera que
incluyan alumnos representantes de todas las inteligencias.
Juegos
de mesa: ofrecen un medio divertido de aprender en el contexto de un
entorno social
informal. Los alumnos charlan, discuten sobre las reglas, lanzan los
dados, y aprenden
la habilidad o el tema objeto del juego. Los temas tratados pueden
ser muy variados:
de historia, de geografía, de naturales, de lengua, de literatura,
de matemáticas,
etc.
Simulaciones:
una simulación consiste en un grupo de personas que se reúnen para
crear un entorno “como si…”. Las simulaciones pueden ser
rápidas e improvisadas o pueden prolongarse y necesitar unos
preparativos: escenario, trajes, diálogos, música, etc. Aunque esta
estrategia implica varias inteligencias, se incluye en el apartado
interpersonal
porque las interacciones humanas que tienen lugar ayudan a los
alumnos a desarrollar un nuevo nivel de comprensión.
Estrategias
docentes para la inteligencia intrapersonal.
Periodos
de un minuto de reflexión: dan tiempo a los alumnos para asimilar la
información
presentada o para relacionarla con hechos de sus propias vidas. Los
alumnos
no pueden hablar, sólo tienen que pensar en lo que el profesor les
acaba de explicar.
El profesor no debe obligar a los alumnos a compartir sus
pensamientos; lo que
sí puede hacer es preguntar si algún alumno desea hacerlo.
Relaciones
personales: el profesor puede ayudar a los alumnos a establecer
relaciones entre
lo que se enseña y su propia vida. Esta estrategia, por tanto, exige
al profesor la inclusión
de asociaciones personales, sentimientos y experiencias de los
alumnos en sus explicaciones:
por ejemplo, ¿quién ha…alguna vez?”, “me gustaría que
recordéis un momento
de vuestras vidas en que….”, “¿alguien ha estado alguna vez en
el extranjero?,
¿en qué país?”, etc. El momento de las opciones: ofrecer
opciones a los alumnos es un principio fundamental de la buena
enseñanza, consiste en dar la oportunidad a los alumnos de que tomen
decisiones sobre sus experiencias de aprendizaje. Las opciones pueden
ser pequeñas y limitadas (elegir entre esta actividad o esta otra) o
significativas y abiertas (elegir el tipo de proyecto que le gustaría
hacer en este semestre). Pueden estar relacionadas con el contenido
(decidir en qué tema le gustaría profundizar) o con el proceso
(elegir un método de trabajo entre varios para realizar un
proyecto).
Sentimientos
en el aula: con demasiada frecuencia los educadores presentan la
información
de manera emocionalmente neutra, sin embargo, las emociones juegan un papel
importante en el aprendizaje. Para alimentar el cerebro emocional los
educadores tienen
que enseñar con sentimiento. Se deben crear momentos en que los
estudiantes rían,
se enfaden, expresen opiniones contundentes, se pongan nerviosos o
sientan distintas
emociones.
Sesiones
para establecer objetivos: una de las características de los alumnos
con inteligencia
intrapersonal muy desarrollada es la capacidad para proponerse
objetivos realistas.
Estos pueden ser a corto plazo (“quiero que escribáis una lista
con tres cosas que
os gustaría aprender hoy”) o a largo plazo (“explicadme qué os
veis haciendo dentro de 25 años). Pueden estar relacionados con los
resultados académicos (“qué notas te propones obtener este
trimestre”), con resultados de aprendizaje más amplios o bien con
objetivos vitales. Hay que reservar unos minutos cada día para que
los alumnos establezcan objetivos por sí solos. También se les
puede explicar métodos para hacer un seguimiento de sus progresos
(mediante gráficas, tablas, diarios y líneas del tiempo).
Estrategias
docentes para la inteligencia naturalista.
Paseos
por la naturaleza: cualquier tema se presta un paseo por la
naturaleza.
Constituyen
una excelente preparación para el área de ciencias; para estudios
matemáticos
sobre el crecimiento de las plantas, datos del clima, etc; para estar
en una zona
importante de un tema de historia que se acaba de trabajar; para
recrear una escena literaria; para preparar una redacción, un dibujo
u otras actividades artísticas.
Ventanas
al aprendizaje: muchas veces los alumnos miran por la ventana porque
lo que ven
fuera les resulta más interesante que lo que ocurre en el aula.
Mirar por la ventana es
una estrategia que los educadores pueden utilizar para ampliar el
currículo. Para observar
las aves con unos binoculares; para entender el tiempo estudiando los
efectos de
las estaciones en los árboles, la hierba y otras plantas; captar
imágenes para que luego
incluyan en sus redacciones metáforas basadas en la naturaleza.
Puede utilizarse en
todas las materias.
Plantas
para adornar: muchos profesores adornan las ventanas o estanterías
con plantas con el fin de crear un ambiente positivo para el
aprendizaje. En ciencias y matemáticas los alumnos pueden medir el
crecimiento de las plantas que tengan en clase. En historia existe la
posibilidad de estudiar la función o la utilidad de las plantas como
medicinas, alimentos o incluso como venenos. Asignar el cuidado de
las plantas de la clase a algunos alumnos puede ser conveniente para
encauzar sus energías, para que asuman responsabilidades; si
realizan esta actividad y otras similares todos los alumnos a lo
largo del curso sentirán la clase más suya.
Mascota
en el aula: tener una mascota en el aula facilita que los alumnos se
sientan responsables
del crecimiento y bienestar de criaturas de la naturaleza. Pueden desarrollar
la observación tomando notas sobre la alimentación, costumbres, comportamiento,
etc. del animal.
Ecoestudio:
la idea clave de esta estrategia es respetar el mundo natural, una
característica
importante de la inteligencia naturalista. La idea que se esta
sugiriendo es que
la ecología no debe ser únicamente una unidad a lo largo del
curso, un tema aislado del resto del currículo, sino que debe estar
integrada en todas las actividades de la jornada escolar. Se trata de
realizar actividades en todas las materias donde se aborden
diferentes problemas: especies amenazadas, uso del agua,
contaminación, etc.
Resumen
del Departamento de Orientación del libro “Las inteligencias
múltiples en el aula: guía práctica para educadores”.
Armstrong, Thomas. Ed/ Paidos. Barcelona. 2006.